Como sabía que su silla de ruedas iba a activar los detectores de metales, la mujer de 52 años de edad llegó al aeropuerto con nada más que un abrigo y su ropa interior. Cuando fue la hora de pasar por la zona de seguridad, ella fue requisada manualmente por más de una hora, hecho que causó que perdiera su vuelo. Banovac aseguró que la requisa fue excesiva. "Si me hubieran tocado así en cualquier otro lugar, esto habría sido un abuso sexual".
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