El entrenador de Poli, Ionut Popa, dijo que piensa abandonar el fútbol tras la violencia que estalló al final del partido, cuando los jugadores de los dos equipos, incluidos los de los banquillos se pelearon. "En mi vida he visto tal cosa. Nuestro masajista fue agredido, un individuo con chaqueta de piel entró con una pistola y amenazó a Cristea (jugador de Poli), mientras que a mi me tiraron piedras, encendedores y botellas, además de injuriarme", declaró Popa.
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