Quizá, bueno no, seguro, un músico callado es lo más anómalo y hasta esperpéntico que pueda darse. Pero hay veces en que se comprende y justifica. Por ejemplo, el próximo sábado, San Valero, en que el ya popular ‘Roscón Rock’, otrora ruidoso, va a ser una acción, que no una fiesta, muda, según han anunciado sus organizadores.
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