Anteayer vi una de las pelis más encantadoras que he podido ver en una temporada. La peli se llama “Nadie sabe nada de gatos persas” y verla es como hacer un máster sobre el panorama musical del país de Ahmadinejad. Dicen las notas de prensa de la película que la religión musulmana considera pecado la música, especialmente si es interpretada por mujeres ante un público mixto. Si añadimos que la música que componen estos jóvenes es de estilo occidental, imaginaréis que la persecución a la que están sometidos es bastante estricta.
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