El equipo de los Knicks es una auténtica casa de locos. El último choque que disputaron, ante los Nets, dejó una de las imágenes más surrealistas de la NBA en los últimos tiempos. Los Knicks sacaron de banda y Nate Robinson recibió el balón cuando, ante la mirada atónita de toda la grada, lanzó... ¡hacia su propia canasta! Para colmo de males, el tiro entró, pero estaba fuera de tiempo y no contó.
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