Con el «top-less» playero más asimilado y la guerra abierta a quienes pasean en chanclas y bañador por las ciudades del interior, son muchas las localidades costeras que han decidido desterrar el desnudo integral de sus playas. De aumentar esta oleada antinudista, afectaría a medio millón de españoles que confiesan practicar habitualmente el nudismo, a los que hay que unir los 1,5 millones de personas que visitan nuestro país en busca de este tipo de experiencia.
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