Sí, la navidad apesta una vez descubres que tras la magia y el amor acechan un montaje de publicidad e hipocresía por un tubo. Para no deprimirnos más de lo necesario, hemos pedido la opinión de una niña inocente que conserve la bucólica perspectiva infantil. Pero amigos, ser niño hoy en día es como si la navidad durase todo el año: no te suicidas por no darle un disgusto al prójimo.
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