Alvarito también está desarrollando una profunda animadversión hacia los griegos tras saber que inventaron la misma democracia que le ha impedido ser delegado de clase varios años seguidos. Sus maestros, sin embargo, creen que su apología del odio y su ejercicio del populismo afianzan ahora su liderazgo entre el alumnado, por lo que podría convertirse en el próximo delegado de clase.
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