El puente internacional de Tui vive su 125 aniversario. Una de sus historias es la de una joven decidida a deshacerse de su hijo recién nacido. Se cruzó en el camino con el ingeniero Cazaux, que en 1882 trabajaba para la compañía constructora del puente. Él recogió al pequeño del suelo mientras la madre escapaba. El niño fue bautizado con los nombres de Augusto, Eugenio, Manuel del Puente Miño, y por deseo de madame Cazaux formó parte de su familia
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