Estoy hablando de un problema de asociación. Un niño al que se le premia con comida dulce se volverá obeso, asociará la comida a un proceso de recompensa, como el perro de Pavlov, y cada vez que se sienta mal comerá. Este cortocircuito neuronal es peligrosísimo, porque forma individuos que recurren a la comida frente a cualquier problema.
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