Así lo asegura la consultora de SRI y portavoz en España del modelo sueco de seguridad vial, Cristina Barroso. Según explica, cuando un niño pequeño viaja de frente a la marcha sujeto en una silla con arnés o con escudo que le inmoviliza el torso y el coche se detiene súbitamente, todo su cuerpo debería salir proyectado hacia delante. Pero al estar la silla sujeta al asiento y su torso sujeto a la silla, lo único que puede desplazarse con una fuerza brutal es la cabeza estirando el cuello hasta romperlo.
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