Un amigo, cuando se habla de la progresividad del IRPF, suele plantear a sus interlocutores una pregunta del siguiente tenor: “Suponga que tiene dos hijos. Al chico no le fue bien en los estudios, pero finalmente consiguió un puesto de trabajo, indefinido pero “mileurista”, por el que percibe 15.000 euros al año. Está soltero, reside en Madrid...[y sigue en el primer comentario]
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