Los economistas utilizamos una medida más estable de la inflación que consiste simplemente en quitar del IPC los artículos con precios más volátiles, como los combustibles y los alimentos. De ese modo obtenemos la inflación “básica” (“core inflation”, en inglés). Mientras, como mencioné antes, el IPC general se redujo 0,1% en los últimos doce meses, el IPC sin alimentos, bebidas, tabaco ni carburantes se incrementó 1,6%. Esto ratifica que en España no hay una deflación.
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