EL rey José Luis Lear ha decidido ceder el cetro y el capullo a sus hijos políticos. Ay, ya no le quieren ni sus cortesanos. Le honra que no elija a su sucesor a dedazo, sino que deje que lo diriman, en singular justa, sus herederos. Allá se las compongan. Los favoritos son su valido y mayordomo mayor, don Alfredo, y su niña bonita y jefa de los Ejércitos, la maniobrera doña Carme. Los barones pujan por el duque del Faisán, pero la condesa de Barcelona despierta entusiasmo entre los cortesanos más bisoños.
|
etiquetas: derechos , juventud , dormida , españa , pasotismo