Corría el año 1263 y el papa Urbano IV junto a sus más cercanos andaba veraneando en una zona costera al norte de Roma. Se decidió celebrar una eucaristía que casualmente le tocó organizar a un sacerdote que pasaba en aquellos momentos por una profunda crisis de fe. Nuestro sacerdote preparaba poco convencido la consagración del pan y el vino, cuando a la hora de partir el pan, este comenzó a...¡ gotear sangre manchándole su hábito! Por supuesto el Papa Urbano IV declaro aquel día como festivo, y lo llamo el día del Corpus Christi.
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