Ha funcionado tan bien el modelo de reciclaje de basura en estos dos países europeos, que decidieron importarla de otros lugares para, así, generar energía. “El 12% de los residuos que utilizamos para hacer funcionar nuestra planta de Klemetsrud, en Oslo, es importada”. Las palabras pertenecen al director general de la agencia municipal que procesa la basura, Pal Mikkelsen. Todo porque la ciudad noruega superó la capacidad de procesar los residuos que producen sus 1,4 millones de habitantes y ahora importa desechos de otros países.
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