Lanzado a finales del 78 bajo la denominación ISEE-3 -International Sun-Earth Explorer- su función sería estudiar la magnetosfera terrestre y su interacción con los vientos solares. Pero tras 30 años en órbita, y siendo el único satélite que ha estudiado 2 cometas, la NASA lo dejó en espera, con intención de volver a ponerlo en funcionamiento hacia el 2014. Todo un ejemplo de eficiencia.