Así empieza: "Fue aquella mañana que estábamos tan a gusto entre tus sábanas blancas y blandas, bañadas en el sol que se escurría desde la ventana. Sentía tus cariños y tus sutiles caricias muy de lejos pero a la vez muy por dentro, tanto que me daban un placer extraño, como cosquillas interiores que no entendía del todo.Y entonces, me dí cuenta que cada uno de tus besos, los más suaves, eran como un ojo minúsculo que plantabas en mi piel"...
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