Mi padre siempre decía que, cuando un pobre come merluza, es que uno de los dos está enfermo. Puede que el hombre exagerase, pero también es posible que se quedase corto: quizá estén enfermos ambos, la merluza y el pobre. En cualquier caso, es casi seguro que estafan al pobre cobrándole merluza de pincho gallega cuando en realidad se trata de merluza congelada sudafricana.
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