Una forma de examinar el aspecto monetario de la crisis en Europa del Este es mediante el 'triángulo eterno' de Krugman [
fon.gs/k-triangle/]: debido a las tensiones entre el tipo de cambio, la política monetaria y los flujos de capital, mantener el control sobre uno de los tres factores implica perder el control sobre uno de los otros dos. Polonia y la República Checa escogieron mantener el control sobre la política monetaria, mientras Hungría y Rumanía (que fueron asistidas por el FMI) priorizaron la estabilidad de su moneda. En inglés.