El 17 de junio, sólo tres días después de que Iñaki Azkuna suspendiera, por primera vez en la historia de los actos del Bilbao 700, el clásico lunch oficial del aniversario de la villa para apretarse el cinturón por la crisis, el pabellón de La Casilla de Bilbao fue el escenario de un banquete público a base de percebes, champán y «gambas de Huelva pescadas esa misma mañana», que costó 36.000 euros a las arcas públicas. Acudieron, según la Diputación, 187 comensales, entre ellos autoridades municipales, forales y del Gobierno vasco.
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