Estás sumergido por completo en el mundo onírico, disfrutando de un sueño plácido, pero de pronto algo cambia. Las imágenes se evaporan y notas cómo tus sentidos han despertado, trayéndote de nuevo a la realidad. Sin agobios, sin tensión, pero de forma abrupta. Sin embargo, algo no va bien. Puedes ver tu habitación, acostumbrándote poco a poco a esa poca luz que entra por la ventana, definiendo cada rincón y cada detalle.
|
etiquetas: sueños. pesadilla , onírico