Irena Sendlerowa, enfermera polaca que aún vive, ayudó a escapar del gueto de Varsovia a unos 2.500 niños judíos.Irena escribía el nombre judío del niño, el católico y el de sus padres en un papel. Lo guardaba en un frasco de cristal y lo enterraba en un jardín. En ocasiones incluso tenían que dar tranquilizantes a los pequeños para evitar que llorasen y fuesen descubiertos por los nazis. Pese a este cuidado, en 1943 fue descubierta por la Gestapo. Le rompieron las muñecas, las piernas y perdió al bebé que esperaba, y aún así no dio los nombres
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