Las personas nos relacionamos continuamente, muchas veces sin darnos cuenta, de forma mecánica o inconsciente. Es posible que, de entre todas las personas que han entrado y salido de nuestra vida, hayamos perdido a más de un amarillo. El propio Albert Espinosa define los amarillos como "aquellas personas especiales en la vida de alguien, que están entre el amor y la amistad, y que no hace falta mantener contacto con ellos[...]Te lo encuentras un día en algún lugar, y te comprende. Los amarillos son, para mí, los amigos del nuevo siglo".