Los políticos pueden cambiar la opinión de los votantes con su retórica. Los votantes, en general, no tienen tiempo para pensar demasiado en política. La mayoría de gente no tiene opiniones demasiado intensas sobre muchos temas; el mundo es un lugar complicado y confuso, y la verdad, llegar a conclusiones sobre la necesidad de reformar los colegios profesionales, evaluar los nombramientos del gobierno para entidades reguladoras o analizar el diseño del sistema sanitario es bastante aburrido para el común de los mortales.