No lo duden, el hombre más odiado por bancos, empresas e inversores alcistas es Jeroen Dijsselbloem, político laborista, presidente del Eurogrupo y, ojo, presidente del ESM (Mecanismo de Estabilidad Europeo). Tuvo la osadía de decir que "el acuerdo de Chipre se puede usar como modelo para otros rescates futuros” y que los depósitos superiores a 100.000 euros no están garantizados. Todavía peor, cuando Rajoy y Hollande se apresuraron a hablar de unión bancaria y seguridad, volvió al contrataque defendiendo su propuesta.
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