El dueño del bar invitó en febrero de 2007 a Lucas W., el adolescente de 16 años, a una competición para comprobar quién de los dos tenía más aguante bebiendo alcohol. Sin embargo, mientras servía al adolescente una copa tras otra de tequila, el dueño del bar le engañaba y sólo tomaba copas de agua, hasta que Lucas perdió el conocimiento tras ingerir no menos de 45 vasitos del aguardiente mexicano. Tras ser ingresado en un hospital con un coma etílico, los médicos que atendieron a Lucas W. midieron una concentración de 4,4 miligramos de alcohol
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