Jorge Lirola, profesor en la Universidad de Almería, ha recibido dos sanciones por enfrentarse a sus superiores y denunciar prácticas irregulares. En ambas ocasiones un juez le dio la razón y anuló las sanciones. El rector, como destinatario de las críticas, no tenía autoridad para sancionarle. "Nunca me han sancionado por cuestiones relacionadas con mi actividad docente, la represión no ha funcionado, pero las irregularidades de fondo siguen ahí", asegura.
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