"Nos sentamos a comer y tenemos justo al lado a gente haciendo fotografías; a raperos grabando una película durante dos horas al otro lado de la ventana; o a despedidas de soltero girando durante una hora. Sinceramente, es agotador" Nadie quiere convertirse en un parque temático, como Venecia. Y hasta las marcas y hoteles se están hartando de la efecto influencer. No es la primera ocasión que París tiene que lidiar con los excesos de sus millones de visitantes. En 2015 tuvo que sustituir y blindar todos los paneles del Ponts des Arts
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