"Es una locura, podría provocar un desastre medioambiental de la mayor magnitud", dijo a Efe el paleoantropólogo y conservacionista keniano Richard Leakey, quien puntualizó que "el único estudio del impacto ambiental de la presa lo hizo la propia constructora, y ya hace varios años". 500.000 personas en Etiopía y 300.000 en Kenia dependen directamente del Turkana para sobrevivir, mientras que un total de 1,2 millones de habitantes en todo el este de África necesitan que el lago mantenga, al menos, su nivel actual.
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