Las (pseudo) “terapias alternativas” o “complementarias” optan por la comercialización directa, abusando de terminología técnica. Apelan, para excusarse, a su inocuidad, su uso tradicional, su exotismo. Y rebuscan cada resquicio legal, aprovechando la dejadez administrativa, acusando de injurias a quienes denuncian su situación irregular o falso argumentario, arruinando familias, campando libremente.
En definitiva, abusan de la necesidad de creer de tantos y tantos pacientes y familiares que buscan una oportunidad para vivir o hacerlo con cali
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