Sí se puede. Se puede estar a favor de que el consentimiento deba ser central en el abordaje de los delitos sexuales, y te puede irritar sobremanera el tono a la vez estridentemente victimista y soberbio de Irene Montero sobre esta cuestión.
Se puede pensar que la guerra sucia (mediática, judicial y parapolicial ) contra Podemos ha sido indigna de una democracia real y a la vez pensar que su maximalismo y la falta de respeto a otras formas de sentir o de vivir es un desastre para la izquierda de este país. Sí se puede.
Se puede reconocer la brillantez intelectual de Pablo Iglesias y parecerte estúpido o quizá algo peor su postura desde el principio sobre la guerra de Ucrania, negándose a que se mandara ayuda al agredido porque “Ucrania la guerra la tiene perdida y el desenlace es inevitable”.
Se puede agradecer la ruptura de los viejos consensos vergonzantes sobre la transición (transición modélica sobre todo para los que no tuvieron que pagar ningún precio por ella) y a la vez no entender el desprecio por el esfuerzo de toda una generación que nos sacó de la mierda com país. Sí se puede.
Se puede uno escandalizar por las toneladas de mierda que los medios de comunicación masivos han echado sobre esta gente y a la vez rogar porque Echenique decida volver a dedicarse a la física teórica o a lo que fuera que sea, pero que por favor alguien le quite el teclado.
Se puede estar a favor de la ley Trans y se puede tener dudas, miedos, incógnitas sobre los procesos psiquicos que llevan a alguien a transicionar de su sexo oficial al que siente. Sí se puede.
Se puede vomitar con los telediarios de Antena 3 o con los “informativos” de Ana Rosa por su grosera manipulación sin pudor y se puede pensar que a personajes como Angela Rodriguez Pam no se les debería dar un cargo público, y menos un micrófono. Sí se puede.
Se puede reconocer la valentia y solidaridad del viejo Podemos y se puede pensar que esta valentia se trasmuta cada vez más en soberbia y la solidaridad en “o eres de los mios o estás contra mí , con todas las consecuencias”.
Y el problema es que la derecha se puede permitir todos los errores del mundo (¡ que el líder de la oposición es un tal Feijoó, señores y ahí está en las encuestas ! …sigo sin entender cómo la derecha tiene tan hábiles fontaneros detrás de las bambalinas y semejantes inútiles en primera linea) que para eso cuentan con la gran mayoria de los medios de masas sosteniendoles el relato. Pero la izquierda, la verdadera, la transformadora y la valiente, no se puede permitir tantos errores. No se puede.