Además de su increíble inteligencia, una de las características más impresionantes de los pulpos es su capacidad para cambiar de color ante el entorno. Un grupo de científicos de EE.UU. ha descubierto que una especie de pulpos que vive en California tiene la piel recubierta de una serie de proteínas fotosensibles (llamadas opsinas) del mismo tipo que las que tiene en los ojos, de modo que su cuerpo puede notar los cambios de luz y responder a ellos sin necesidad de que el animal procese esa información a través de su cerebro.
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