La razón es sencilla. Si decido ir al próximo campeonato de veteranos (45-50 años) algo tendré que hacer si busco un buen resultado. Además, tengo un buen abogado que me defendería en caso de que en un análisis antidopaje me diera algunos picogramos. Por lo visto en el caso Contador, tema resuelto. Además los organismos internacionales tiemblan cuando piensan en las cantidades millonarias que estarían obligados a pagar si no demuestran la culpabilidad del deportista.