Llegas a casa, cansada de las clases o del trabajo y vas directa la nevera, para picar algo. Y ahí está. La lista de tareas de limpieza semanales. Esta semana, a tí te toca el baño. Y te encantaría librarte de esa carga insoportable. Pero, claro, con los tiempos que corren, ¿quién puede permitirse un trabajador doméstico?
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