Rajoy no quiere hablar de Bárcenas hasta el punto de que no ha pronunciado su nombre. No quiere dar vueltas a un asuntos que “no es verdad, salvo algunas cosas”. Relativismo filosófico y político. En España no ha comparecido ante la prensa. Ni siquiera reúne esa condición su pronunciamiento leído y sin preguntas ante la dirección del partido. Rajoy pretende que es un hombre honrado y nos pide que le creamos. ¿Será una promesa parecida a su compromiso con su programa electoral?
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