Ayer la dirección del PP empleó la mañana en intentar convencer a Ricardo Costa de que dimitiera. Una dimisión que incluso llegó a darse por hecha, aunque después Costa se enrocó. Según las mismas fuentes, a Costa le sentó mal que De Cospedal "salvara" a Ana Mato de la tormenta periodística y diera por buenas sus explicaciones, y dijera que "de otros no ha habido aclaración".
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