Durante el verano las densas nubes de polvo, sumadas a la precariedad logística alemana, sobre todo de lubricante, dispararon las tasas de averías de vehículos alemanes. Con las primeras lluvias a comienzos de septiembre, aquellos caminos se convirtieron en lodazales inmensos e intransitables. Su efecto fue devastador para la blitzkrieg alemana. Era la Rasputitsa o la estación del barro, de la que hacemos un album fotográfico para nuestra sección de imágenes.
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