Mark Rober, ex-ingeniero de la NASA, en primer lugar bombeó diferentes tipos de líquidos: aaceite de pescado, orina y sangre de vaca, todos expulsados al mar del océano de las Bahamas. A los 20 minutos los tiburones comenzaron a notar la sangre. En unos 45 minutos, 41 tiburones empezaron a seguir el rastro de la sangre hasta llegar a la tabla de surf de la que la tiraban. Luego lo probaron con sangre humana y ninguno mostró interés pasada una hora. El mito que dice que el tiburón puede oler una gota de sangre a kilómetros no es más que un mito
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