A pesar de la superioridad numérica, el asalto no iba a ser fácil, pues los quince mil defensores de Kronstadt contaban con ciento veinticinco cañones y sesenta y ocho ametralladoras, además de la artillería del Sevastópol, el Petropávlovsk y otros barcos menores. Eso sí, para resistir un asedio largo estaban escasos de municiones, víveres, combustible y ropa de abrigo. Pero nada de eso impidió que el día fijado se iniciasen las hostilidades con un bombardeo gubernamental destinado a cubrir el asalto de la infantería.
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