Reconozco que no es fácil. Las deudas tóxicas se han rebanado, picado, asegurado y luego vendido en muchas ocasiones. Millones de comercios deben ser derrumbados, a menudo a través de fronteras internacionales. Pero esta difícil tarea se debe hacer. A continuación, las pérdidas deben ser pasados a la cuenta de resultados. Sólo después de esa purga de los bancos se comenzara a reconstruir la confianza mutua permitiendo que el mercado interbancario restablezca las líneas de crédito que son tan vitales para la economía.
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