Que la Tierra persista dentro de 500 años con sus vibrantes bosques, océanos, campos y ciudades dependerá de si los humanos estamos dispuestos a cambiar sus comportamientos desde la actualidad.
Está claro que, en su conjunto, los humanos no estamos dispuestos a cambiar nuestro comportamiento, al menos hasta que una catástrofe nos obligue a hacerlo.