[c&p]Ahora, España tiene otro riesgo: que se atribuya al atentado cualquier variación que se produzca sobre la previsión de resultados de las elecciones de mañana. Y eso vale tanto para el Partido Socialista como para el Partido Popular. (...) Si alguien cae en esa tentación, sobre este país caerá la peor de las condenas: estar sometido al terrorismo como último motor de la voluntad popular. Si algo hubiera que pedir a la sociedad en este doloroso momento, sería esto: por Dios, que nadie cambie su voto. Y, en cuanto a los partidos, ...[/c&p]
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