El resultado de las primeras acciones armadas ha sido el esperado. Las defensas antiaéreas libias se consideran neutralizadas, se ha infringido un aviso disuasivo en Bengazi, que habría frenado la reconquista de la ciudad por las tropas gubernamentales e incluso se le ha mandado un mensaje personal al máximo dirigente libio, con la destrucción de uno de sus palacios. En definitiva, se ha cimentado con hechos la amenaza de un uso contundente de la fuerza. De momento, de manual. Pero el paso emprendido este fin de semana no está exento de riesgos
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