El sombrío almacén en el que se guardan libros que abarcan más de cuatro siglos de conocimiento impreso es un lugar vedado al gran público. Un repaso rápido identifica tratados de astrología, memoriales de reinas católicas, arcanos estudios de metalurgia o traducciones de clásicos prohibidos durante años por el férreo dictamen de la Iglesia Católica. Ordenados en estanterías, estos documentos reposan en baldas de hierro moldeadas por un discípulo de Gustave Eiffel. El único criterio que rige su colocación es, en jerga técnica, el tallaje
|
etiquetas: biblioteca , libros , censura