El padre Cesare Burgazzi iba conduciendo despacio en una área de Roma conocida por la prostitución, cuando policías de paisano le ordenaron pararse, pero él aceleró su Ford Focus, al pensar que iban a robarle. "No sabéis con quién os estáis metiendo" - dijo, una vez detenido. La persecución se saldó con dos coches de policía accidentados y tres policías heridos.
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