Según los datos del INE, el incremento del desempleo ha ido acompañado de una precarización de las remuneraciones de la población que mantiene su puesto de trabajo: así, los salarios se han reducido en un 2,1% en el último trimestre contabilizado (sin tener en cuenta la inflación), dando lugar a un menor coste unitario para las empresas y a una mayor productividad por trabajador. En el lado opuesto de la balanza, las rentas del capital no dejan de incrementar sus beneficios, en un porcentaje que se eleva hasta en 6,6 p.p.