La historia de las traducciones de la Biblia no solo es contenciosa sino también sangrienta, con muchos de los que se atrevieron a traducirla terminaron ardiendo en la hoguera. En 1427, el papa Martín V ordenó que los huesos de John Wycliffe fueran exhumados de su tumba, quemados y arrojados a un río. Wycliffe había estado muerto por 40 años, pero la furia que causó su ofensa seguía viva. John Wycliffe (circa 1330-1384) era un destacado pensador inglés en el siglo XIV.
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