Hoy, precisamente hoy, día de San Steve Jobs, me he quedado sin iPhone4. Fue una operación pinza. Primero, un tipo al que llamaremos ladrón me robó el terminal en la playa; después, me remató con complicidad manifiesta un seguro que en teoría me aseguraba. A Salvo se llama la compañía. Es cierto, su nombre no engaña, no miente: a salvo de pagar, de cumplir.
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