Su decisión de empresarial de tratar de abrirse hueco en un “público” (je) minoritario, pero completamente olvidado por el resto de rotativos es muy acertada comercialmente, pero tiene que tener en cuenta que la gente crítica e informada (léase “de izquierdas”) es mucho más difícil de contentar que otras faunas, más acostumbradas a ir en rebaño. No somos borregos, ser de izquierdas es una actitud, no una pose. Despedir a la gente crítica mientras se vende el Manifiesto del Partido Comunista es poner una vela a dIOS y otra al Diablo.
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